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El desarrollo de un proyecto de litio se organiza en tres etapas fundamentales. La exploración y evaluación implican identificar depósitos de litio, ya sea en salmueras de salares o en roca dura. Geólogos e ingenieros analizan la geología superficial y subterránea con métodos como sismografía y perforaciones exploratorias para determinar la calidad y concentración del recurso.
En la etapa de extracción y producción se utilizan diferentes métodos, como el tradicional, el de extracción directa o el que se realiza mediante rocas con el objetivo de obtener concentrados de litio aptos para el procesamiento posterior.
Finalmente, en la fase de transformación el litio se convierte en compuestos como carbonato de litio o hidróxido de litio. Estos derivados son esenciales para baterías de vehículos eléctricos, cerámica, vidrio y lubricantes, contribuyendo a la transición energética global.
En los últimos años, el litio fue ganando peso en la industria minera gracias a que es un recurso clave en la transición energética. En Argentina, el mineral se concentra en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, que guardan gran parte de las reservas.
Lo cierto es que a la hora de plantear un proyecto litífero deben cumplirse una serie de etapas que organizan el paso de la exploración del terreno hacia la extracción y producción del mineral.
Las compañías que operan en el norte argentino deben pasar por distintas fases desde la exploración y evaluación, la extracción y producción y la transformación en otros componentes previos a su comercialización.
En el artículo, algunas claves de cuáles son las diferentes etapas que atraviesa un proyecto de litio y en dónde radica la importancia de cada una de ellas.
Etapas de los proyectos de litio
Exploración y evaluación
La etapa inicial de los proyectos comienza con la identificación de depósitos potenciales de litio, que pueden ser salmueras, encontradas en lagunas o salares, o en forma de minerales duros presentes en roca.
Argentina se caracteriza por la presencia de litio mayoritariamente en las salmueras de salares, como es el caso del Salar del Hombre Muerto en Jujuy o el Salar de Olaroz en Salta.
El proceso de exploración convoca a expertos de distintas disciplinas, como geólogos e ingenieros, que parten de la selección de salares basándose en estudios geológicos preliminares, datos históricos y la ubicación geográfica. En este punto juegan un rol fundamental los estudios geológicos y geofísicos que determinan la profundidad, extensión y calidad de la salmuera.
A través de sismografía, el mapeo electromagnético y las perforaciones exploratorias, se obtienen imágenes precisas del depósito que permiten analizar las características inherentes a esa zona. El análisis de muestras, por otro lado, se analiza para determinar la concentración de litio o la presencia de impurezas o minerales que pueden complicar el futuro procesamiento.
Estos estudios llevados a cabo por los especialistas se complementan con la realización de pozos de perforación que permitirán llegar a la salmuera profunda y estudiar la concentración de litio en la zona.
De acuerdo a expertos, la exploración debe contar con una secuencia metodológica básica que incluye los siguientes aspectos:
- Análisis y valoración de antecedentes.
- Caracterización del ambiente hidrogeológico mediante el análisis de la geología de superficie (litología, estratigrafía y estructura) y de subsuelo (geofísica).
- Perforación de pozos; para tomar el muestreo geoquímico de salmueras para y analizar variaciones laterales y en profundidad de las anomalías de litio, potasio o boro.
- Obtención de muestras litológicas de las facies que funcionan como almacén.
- La determinación de parámetros hidráulicos de los acuíferos.
- Balance hidrológico.
- Modelación numérica preliminar del reservorio que contemple mínimamente el modelo hidrogeológico conceptual del lugar.
- Perforación de pozos de exploración.
Extracción y producción
Una vez que finaliza la exploración, el siguiente paso es realizar estudios de factibilidad para determinar el método de producción a utilizar. En Argentina, el más común se da a través de las salmueras mediante un proceso de bombeo que culmina en grandes piletas que evaporan el agua.
En este proceso de extracción tradicional, a través de las perforaciones la salmuera se bombea a la superficie y es llevada a grandes piletones de poca profundidad para la evaporación del agua, que se da a partir de la temperatura, la presión y la radiación solar.
El objetivo en este caso es incrementar la concentración de compuestos salinos, entre los cuales los de litio son los más insolubles y, por ende, lo más probable es que sean los últimos en decantar.
Otro método popular es la extracción directa (DLE, por sus siglas en inglés), donde la salmuera se extrae a una unidad que utiliza una resina o un material de absorción que permite tomar solo el litio de la salmuera. Lo que lo diferencia de la producción tradicional es que este proceso se saltea el uso de las piletas de concentración.
Si bien en Argentina no es común, otro método de extracción de litio es el que se da a partir de las rocas y se basa en la obtención de un mineral llamado espodumena, rico en litio.
Transformación y comercialización
Una vez obtenido el litio, el mismo se prepara para su comercialización. Sin embargo, muchas veces el mineral se convierte en un subproducto o derivado del mismo según el fin que se le quiera dar.
La salmuera extraída del salar cuenta con un contenido aproximado de litio de 0.22%. Tras el tratamiento en las piletas de evaporación puede llegar a alcanzar un 6%.
Mediante la reacción de litio con otros compuestos o minerales, se llega a subproductos o derivados como puede ser el hidróxido de litio o el carbonato de litio. El primero, por ejemplo, tiene gran uso en grasas o lubricantes en la industria automotriz. El segundo, por otro lado, destina gran parte de su aplicación a la fabricación de baterías que apuntan a la transición energética, pero también se utiliza en lubricantes, en la industria del vidrio y la cerámica y en tratamientos médicos.
Proyectos en Argentina
En la provincia de Salta existen distintos proyectos que servirán para expandir la industria minera del recurso, según el informe Catálogo de Proyectos Avanzados de Litio en Argentina. En primer lugar está Centenario Ratones, inaugurada en julio de 2024 por Eramine, una alianza de capitales franceses y chinos, donde se encuentra un tipo de depósito de salmuera en salar, como la mayor parte de los centros litíferos de la región.
Sal de Oro, de POSCO, también se posiciona como una de las plantas más importantes y será destinada a a producción de hidróxido de litio en la provincia.
Otro proyecto que ha resonado mucho en los últimos años es Mariana, que se ubica en el oeste de la provincia de Salta, en el salar de Llullaillaco, cuenta con 16.000 hectáreas. Representantes de los propietarios, la compañía Ganfeng Lithium Co., Ltd.-International Lithium, estiman una producción de 20 mil toneladas anuales de cloruro de litio.
En el proyecto Pastos Grandes se espera una producción de 25 mil toneladas por año de carbonato de litio. El proyecto cuenta con un campamento propio y se planifica ampliar tanto su capacidad como la de sus instalaciones operativas.
Se destaca también el Salar del Rincón, gestionado por Rincón TLD y operado por Rincón Mining Limited; el Salar del Rincón Argosy, cuyo gestor es Argosy Minerals; Sal de los Ángeles, Pular, Río Grande y el proyecto PPG (Pozuelos-Pastos Grandes) que está constituido por la unión de los proyectos Pastos Grandes y Pozuelos.
La provincia de Catamarca cuenta con el proyecto Fénix en el Salar del Hombre Muerto es uno de los más importantes a nivel país. También está en producción el proyecto Kachi, que con una vida útil de 25 años y un método de extracción a través de bombeo y evaporación, la planta promete obtener carbonato de litio a partir del 2027.
La provincia de Jujuy cuenta con ocho proyectos en marcha: uno en operación, uno en finalización de la construcción de la planta en Cauchari, uno en etapa de análisis económico y cinco en etapa de exploración. Cabe destacar que el Salar de Olaroz, que produce desde 2018, es uno de los proyectos más importantes a nivel nacional gracias a la cantidad de producción que conlleva desde hace años.