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Lucas Seghezzo

¿Por qué el litio es un elemento estratégico para la transición energética? La voz de Lucas Seghezzo

Lucas Seghezzo, doctor en Ciencias del Medio Ambiente e investigador de la Universidad Nacional de Salta (UNSA) y el CONICET, analiza el rol del litio en el contexto global, su impacto en las comunidades locales y los desafíos que trae su exploración.

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El litio se perfila como el elemento fundamental en la transición energética global por su papel en baterías de vehículos eléctricos y energías renovables. 

Lucas Seghezzo, investigador de la UNSA y el CONICET, subraya la necesidad de una gestión equitativa y sostenible del recurso, para el desarrollo económico de las localidades de influencia.

Con proyecciones de crecimiento del 200% en la demanda internacional de litio durante las próximas dos décadas, Argentina está en una posición privilegiada para liderar un modelo responsable que combine innovación tecnológica, sostenibilidad ambiental y un enfoque inclusivo para las comunidades locales.

El litio se posicionó como un recurso fundamental en la transformación energética mundial. Su capacidad para almacenar energía, elemental en la electrificación del transporte y otras áreas, lo posiciona en el centro de las estrategias hacia un futuro más sostenible y menos dependiente de combustibles fósiles.

A medida que la humanidad enfrenta desafíos ambientales críticos, el litio está reformulando las posibilidades para transitar hacia fuentes de energía más limpias. 

«Estamos convencidos de que el litio es un elemento estratégico para lo que se llama la transición energética. Los autos a combustión interna se terminarán prohibiendo en algún momento, y el litio, como elemento que permite acumular energía, será fundamental», asegura Lucas Seghezzo, doctor en Ciencias del Medio Ambiente e investigador de la UNSA y el CONICET.

Cabe destacar que las baterías de litio son más ligeras, compactas y cuentan con una vida útil más prolongada en comparación con tecnologías anteriores. Además, innovaciones como las baterías de litio-azufre o de nueva generación prometen mayor densidad energética y durabilidad, consolidando aún más al litio como un recurso esencial para el desarrollo sostenible.

Técnicas de exploración: de evaporación a DLE

Sin embargo, el interés por el litio en Argentina no es reciente. Seghezzo recuerda que «los primeros estudios sobre este recurso en la Puna se realizaron en los años 60. Sin embargo, recién con el boom de las baterías en las últimas décadas este mineral adquirió una relevancia global». El auge de los vehículos eléctricos y las baterías recargables disparó la demanda de litio, convirtiéndolo en un recurso estratégico en el siglo XXI.

En cuanto a las técnicas de extracción, el especialista destaca el uso generalizado del proceso de evaporación, que aprovecha la alta insolación de la Puna. «En grandes piletas se evapora el agua, se concentra el litio y luego, tras un proceso industrial mediante el cual se extrae la salmuera, se transforma en carbonato de litio«. Si bien este método es eficiente en términos de costos, depende mucho del sol y de la sequedad ambiental, por lo que su aplicación se ve más limitada.

Piletones de evaporación del litio

En este contexto, Seghezzo aborda la Extracción Directa de Litio (DLE, por sus siglas en inglés), una técnica emergente más rápida y competitiva en costos, pero que plantea desafíos ambientales adicionales. «Esta técnica requiere mucha más agua dulce que el proceso de evaporación», explica. Similar a procesos de desalinización de agua de mar, la DLE utiliza membranas para retener sales y extraer el litio, lo que representa un avance tecnológico, pero con implicancias complejas en términos de recursos hídricos.

Litio y agua

Respecto al uso de agua, Lucas Seghezzo y su equipo investigan, actualmente, los efectos ambientales asociados a la exploración de litio, con un enfoque especial en la huella hídrica. «Estamos estudiando cuánta agua está asociada a la producción de determinados productos. Aunque los valores a veces son menores que en explotaciones agropecuarias, en un contexto de escasez cobran mayor relevancia», explica.

En ese sentido, el investigador hace especial énfasis en que el desarrollo de estos proyectos y su inevitable uso del agua no afecte de ninguna manera a las comunidades locales. 

Es importante mencionar que para llevar adelante estas iniciativas es fundamental el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades locales. Esto está respaldado por normas internacionales como el Convenio N°169 de la OIT, que exige que las poblaciones sean consultadas antes de cualquier actividad que afecte sus tierras. 

Además, las empresas que dialogan y colaboran con las comunidades pueden generar beneficios compartidos, incluyendo empleo, infraestructuras y mejoras en la calidad de vida. Por ejemplo, la inversión en litio mejoró, en algunas zonas, infraestructuras esenciales, como caminos, sistemas de agua potable y conectividad a internet.

El auge del litio y sus oportunidades y desafíos

El crecimiento del mercado del litio, además, genera un impacto en la comunidad profesional. «Hay muchos colegas trabajando en proyectos relacionados al litio, creando un ciclo virtuoso desde el punto de vista laboral», destaca Seghezzo. Este auge impulsó el desarrollo de carreras científicas y técnicas en universidades locales, fortaleciendo capacidades regionales para aprovechar este recurso en expansión.

Formación en litio Jujuy

Actualmente, en Argentina hay cerca de 50 proyectos en desarrollo, distribuidos principalmente en Salta, Jujuy y Catamarca. Proyectos como Kachi, Río Grande y Sal de Vida generan empleo local e impulsan inversiones tecnológicas, diversificando las economías regionales. 

Respecto al futuro, las proyecciones son prometedoras. «En los próximos 20 o 30 años, la demanda internacional podría crecer entre un 100 y un 300%. Esto explica por qué hay tantos proyectos en marcha», explicó. Este crecimiento exponencial plantea oportunidades económicas y también desafíos sociales y ambientales. «Es fundamental garantizar que la exploración sea justa para las economías locales y las provincias», subraya.

Los indicadores muestran que la producción global de litio aumentará en volumen y evolucionará en términos tecnológicos. Países como Argentina, Bolivia y Chile, que conforman el llamado “Triángulo del Litio”, desempeñarán un papel crucial en este proceso. 

El impacto económico del litio puede traducirse en beneficios significativos para las comunidades locales si se gestionan adecuadamente los recursos y las regalías. En esta línea, Seghezzo enfatiza en la importancia de establecer marcos regulatorios sólidos que promuevan una distribución equitativa de los ingresos y mitiguen los impactos ambientales.

El litio como motor de desarrollo energético y social

La minería sustentable se volvió indispensable ante las nuevas oportunidades que ofrece el sector. Adoptar estándares que reduzcan el impacto ambiental, gestionen residuos de manera eficiente y respeten a las comunidades locales, no son simplemente factores éticos, se necesitan para traer inversores comprometidos con proyectos responsables y sostenibles a largo plazo.

Las investigaciones lideradas por Lucas Seghezzo y su equipo buscan abordar estas problemáticas, explorando alternativas que minimicen los impactos negativos y potencien los beneficios del litio. Esto resulta vital para Argentina, que se encuentra ante una oportunidad única para consolidarse como un actor crucial en el mercado global.

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Escrito por Redacción LitioArgentina