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Un estudio reciente del Ministerio de Economía reveló que menos del 1% de los prospectos mineros de litio llegan a la fase de operación debido a factores como la composición del salar, el tamaño del yacimiento, las condiciones del mercado y las regulaciones. En este sentido se destaca la implementación de técnicas de la geofísica en los procesos de exploración del litio para conocer las características de las cuencas.
Santiago Perdomo, vicedecano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP, e Ignacio Borsani, director de Geoaustral y miembro del Consejo Superior Profesional de Geología (CSPG), explican que la geofísica tiene un papel crucial en la exploración de litio, ya que permite identificar recursos y minerales en el subsuelo. Mediante métodos como los electromagnéticos, sísmicos y eléctricos, relevan datos sobre la distribución, profundidad y calidad de los depósitos de litio, ofreciendo una primera aproximación a las características de los salares.
Esta disciplina no solo es fundamental en la etapa inicial de exploración, sino que también ayuda a minimizar el impacto ambiental y a mejorar la eficiencia del proceso de producción. Además, contribuye al estudio de acuíferos y fuentes de agua dulce, esenciales tanto para la minería como para las comunidades locales en la región de la Puna.
En Argentina el litio está presente en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, que concentran la mayor cantidad del recurso y forman parte del Triángulo del Litio, una región conformada por nuestro país, Chile y Bolivia en la que hay gran presencia del mineral.
Un estudio reciente del Ministerio de Economía titulado “Informe de cadena de valor. Minería: Litio”, explica que menos del 1% de los prospectos mineros de dichas provincias llegan a la fase de operación. Muchas veces, los plazos de ejecución dependen de factores como la composición química del salar, el tamaño del yacimiento, la concentración del mineral, las dificultades de acceso al recurso, las condiciones del mercado, la disponibilidad de financiamiento y elementos específicos del entorno ligado a leyes y regulaciones.
Es en este complejo contexto de exploración de los proyectos donde se destaca la importancia de la geofísica, una disciplina dedicada al estudio de diversos procesos que ocurren en la tierra. Santiago Perdomo, vicedecano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP, e Ignacio Borsani, director de Geoaustral y miembro del Consejo Superior Profesional de Geología (CSPG), brindan algunas claves de por qué la ciencia se volvió tan importante a la hora de hablar de litio.
Geofísica: ¿qué es y cómo se aplica?
Santiago Perdomo define a la geofísica como la “disciplina que estudia diferentes procesos que ocurren en la tierra”. La geofísica aplicada, por otro lado, se basa en “aplicar métodos para abordar distintas propiedades físicas del subsuelo”. En palabras del experto, es este último punto el que permite identificar recursos y minerales presentes en la tierra.
“En el caso del litio, la geofísica se utiliza en las etapas iniciales de exploración para evaluar la posibilidad de que haya salmuera con litio en una determinada cuenca. La disciplina no ve el litio en sí, pero está asociada a la presencia del recurso en estas aguas con elevado contenido salino”, explica en cuanto a la relación de la ciencia con el litio.
Tanto Perdomo como Borsani resaltan que la principal ventaja de la geofísica es ayudar a utilizar recursos en la fase exploratoria del litio. “Al ser un método indirecto es más económico que, por ejemplo, una perforación. Es rápida y permite cubrir grandes áreas de interés”, definen.
Según el caso, la disciplina utiliza diferentes métodos para estudiar el subsuelo a la hora de iniciar un proyecto de litio. De acuerdo al vicedecano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP, la geofísica utiliza técnicas como métodos electromagnéticos, el método sísmico, la gradiometría y el método eléctrico por corriente continua. “Estas necesitan de un instrumental específico para hacer las mediciones. Una vez aplicadas, los datos que se generan son posteriormente procesados e interpretados por otros profesionales como geólogos o ingenieros”, define sobre la pluralidad de profesionales que trabajan en la etapa exploratoria del litio.
Aunque la geofísica tiene gran parte de su uso en esta fase inicial, también puede servir en el proceso de extracción de litio a través de modelados de flujo que determinan cómo se comporta un pozo o un acuífero.
Información clave y desafíos
La geofísica brinda datos ligados a la distribución, profundidad y calidad de los depósitos de litio. Perdomo y Borsani aclaran que, como cada salar es diferente y cuenta con distintas particularidades, la geofísica tiene como ventaja principal el poder tener una primera aproximación a las características de dicho depósito.
“A través de esta disciplina conocemos un primer modelo de cómo es el salar y la zona de estudio en general. Brinda datos como hasta qué profundidad encontramos salmuera, con qué distribución y en qué área”, subrayan, y resaltan que el dato clave que aporta es la profundidad de la cuenca sedimentaria. A su vez, también se llega a resultados relacionados con la exploración de agua dulce, necesaria tanto para consumo como para la instalación de una planta de litio y sus posteriores procesos.
Si bien la geofísica es una ciencia clave a la hora de hablar de litio, Perdomo hace especial énfasis en clarificar que el proceso de conocimiento de un salar se construye de a poco y complementando con otras disciplinas que abordan el tema.
Consultado por los desafíos de la geofísica en su relación con el litio, Perdomo indica que el principal está dado desde el “punto de vista geológico de cada salar” y explica en detalle: “Cada uno es diferente y tiene particularidades distintas, por lo que no todos los métodos pueden aplicarse como si fuera una simple receta. En la medida en que vayamos adquiriendo más experiencia y podamos explorar distintas condiciones de salares con más técnicas, vamos a ir aprendiendo cuáles son las ventajas y las limitaciones de cada una de ellas”.
En segundo lugar, el profesional explica que otro de los desafíos es definir una estrategia de medición que sea efectiva en cuanto a que pueda proveer un modelo geológico lo suficientemente completo. “Una de las condiciones en las cuales es difícil medir está vinculada a situaciones de elevada salinidad: muchos métodos son difíciles de aplicar y no tienen buena resolución en esos ambientes. También complican las mediciones algunas logísticas porque los trabajos se realizan a 3500 o 4000 metros de altura, por lo que las condiciones de trabajo no siempre están dadas y dificultan el proceso”, señala.
La geofísica y las comunidades locales
Cuando se habla de litio, uno de los interrogantes que suele surgir es el relacionado con el impacto de su extracción en el ambiente y en las comunidades locales. Perdomo y Borsani abordan el tema destacando las ventajas de utilizar procesos geofísicos en la etapa exploratoria del mineral.
“La aplicación de técnicas geofísicas tiene una gran ventaja que es que la invasión o perturbación que puede generar en la superficie es mínima. A comparación de otros métodos más intrusivos, uno puede hacer una exploración y tener un primer panorama de si es factible o no continuar con el proyecto con poca repercusión en el entorno”, explica Santiago Perdomo. De esta manera, no influye negativamente en la actividad o el desarrollo de la comunidad.
El vicedecano de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP diferencia entonces el uso de la geofísica de otras técnicas: “A veces se realizan perforaciones con maquinarias pesadas que pueden romper parte del paisaje solo para hacer un estudio. En el caso de que un proyecto avance, eso está dentro del impacto esperable. Sin embargo, si el proyecto no resulta porque los resultados no fueron buenos, pudo haber quedado una perturbación que se podría haber evitado utilizando la geofísica”.
En este sentido, la disciplina tiene como beneficio que sus profesionales pueden llegar al lugar a pie o en un vehículo tradicional sin necesidad de dejar una huella en el ambiente. Además, los dos expertos vuelven a poner el foco en el agua dulce: “El estudio de acuíferos y fuentes de agua dulce no solamente sirve para el desarrollo de la actividad, sino también para el día a día de las comunidades locales. Se puede hacer una gran contribución desde la geofísica al estudio de esas fuentes de agua”.
En líneas generales, concluyen Santiago Perdomo e Ignacio Borsani, la disciplina fue ganando peso en los últimos años en el proceso de exploración del litio para tener un conocimiento más profundo de la zona a trabajar, sabiendo de antemano la profundidad de los salares y comprendiendo las características centrales de cada una de las cuencas.