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La minería del litio en Argentina en el caso del litio difiere notablemente de la minería tradicional. Lejos de estar en un yacimiento subterráneo como es el caso del cobre, el litio está presente en salares en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.
José María Barrios, Ingeniero en Minas y profesor de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), detalla algunas claves que permiten comprender por qué el litio es diferente a otros procesos. En primer lugar, deja en claro que la extracción del recurso se da a través de pozos donde la salmuera bombea a piletas de evaporación que aumentan la concentración de sales y, en casos exitosos, de litio.
Si bien la maquinaria utilizada para el litio es convencional, el verdadero diferenciador está en las plantas de procesamiento posterior a la extracción de la salmuera. En los últimos años, indica el experto, la demanda de litio aumentó aceleradamente y se espera que cada vez sea mayor el impacto en las economías regionales del país.
En la mente de las personas, la palabra minería tiende a remitir a una escena típica que parece casi sacada de una película: trabajadores con cascos posicionados arriba de una gran maquinaria que ingresa a una mina para perforar la tierra. Sin embargo, cuando hablamos de litio, nos referimos a un proceso completamente diferente y novedoso.
Argentina se ha posicionado como el cuarto productor mundial de litio uniéndose a Australia, China y Chile. Junto a este último y Bolivia forma parte a su vez del “triángulo del litio”, una zona rica en el mineral gracias a su presencia en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca. En nuestro país, la extracción se realiza fundamentalmente a partir de salares, lo que diferencia a la industria de otras minerías tradicionales.
A diferencia del oro o el cobre, el litio tiende a encontrarse en cuencas cerradas donde, por razones geológicas, quedó almacenada agua durante decenas de miles de años. Esta se fue evaporando y dio paso a una alta concentración de minerales y compuestos químicos. Debajo de las costras de sal se hallan distintos cuerpos acuosos denominados salmueras con diferente presencia mineral.
En este sentido, José María Barros, Ingeniero en Minas y profesor de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), dio algunas claves para comprender por qué el litio no pertenece a la minería tradicional.
La producción del litio
A diferencia del cobre, que se extrae de yacimientos subterráneos, o del oro, presente en depósitos primarios o secundarios, el litio está en los salares de la Puna. Al ser consultado por las diferencias en estos minerales, José María Barros señala: “La minería del litio no es tradicional, particularmente porque está en un salar y no en una mina convencional”.
“En los procesos habituales la explotación se da mediante explosivos y el movimiento de los suelos. Eso incluso sucede con el litio en Australia, pero no acá en Argentina. Los salares se exploran a través de pozos de bombeo de los cuales se extrae agua para recuperar la sal y obtener el litio”, explica el profesional, que concluye: “Las características del proceso son muy diferentes y por eso se dice que el litio no es parte de lo tradicional”.
En el caso del litio el primer paso es la perforación del suelo: a medida que se avanza en la salina, la misma va perdiendo dureza y porosidad. Generalmente, este suele ser el paso más complejo porque deben lograrse pozos que tienen de 40 a 400 metros, según el caso.
A través de las perforaciones, la salmuera bombea a la superficie y es conducida a piletas de poca profundidad pero mucha extensión para maximizar la tasa de evaporación de agua. Con la temperatura y la presión correctas, la salmuera quedará expuesta a condiciones atmosféricas naturales que permitirán incrementar la concentración de compuestos salinos, entre los cuales se halla el litio.
“Existe alguna similitud entre el litio y el petróleo, pero la única cosa en común es que existen pozos de bombeo en cuanto a la solución y luego en lo referido a la transmisión por tuberías”, indica Barros esgrimiendo una semejanza entre ambos procesos.
Tecnología y maquinarias
José María Barros indica que la maquinaria que se utiliza para el litio es convencional porque tiene su base en pozos de bombeo “que no difieren de pozos de agua comunes”. Sin embargo, el experto señala que, aunque el movimiento de pileta es tradicional, la diferencia con otras industrias radica en las plantas de producción posteriores a la extracción del recurso.
El ingeniero deja en claro que, en cuanto a la tecnología, el litio no varía de otros tipos de minería. Sin embargo, sí cambia el uso de estas herramientas: las mismas no se utilizan en yacimientos subterráneos, sino que están presentes en los salares de la Puna. La perforación, el bombeo y las piletas de evaporación son algunos de los elementos centrales cuando hablamos del proceso de extracción del litio.
La demanda de litio
El Ingeniero en Minas es optimista al abordar un tema habitual cuando uno se refiere al litio: la relación con las comunidades locales. Para Barros, se plantean debates “en torno al recurso del agua y su manejo en relación con las cantidades posibles y permitidas en las minas de litio”.
Afortunadamente, se ha demostrado que existe una vinculación con los habitantes de las zonas cercanas a las minas y un incremento de la mano de obra y un impacto en la economía regional.
En los últimos años, la industria del litio no paró de crecer y cada vez son más las empresas que apuestan al recurso en Salta, Jujuy y Catamarca. En este sentido, el profesor de la UNCA resalta: “Indudablemente, la demanda influye en la extracción. Es probable que, por eso, surjan nuevas compañías, más oportunidades de negocio y desarrollo de plantas para poder abarcar tanta demanda”.
“Sin duda la economía regional crecerá. A mayor venta mayor demanda, más ingresos, mano de obra y productos. La oportunidad de negocios permite que la población y las economías regionales se vean beneficiadas”, concluye con optimismo José María Barros sobre el futuro del litio y su desarrollo en el país.