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El litio es un mineral estratégico por su rol central en baterías para autos eléctricos, dispositivos electrónicos y sistemas de almacenamiento de energía. Puede obtenerse a partir de salares o de rocas, mediante procesos productivos muy distintos entre sí.
En Argentina, la extracción desde salmueras es el método predominante y se basa en la evaporación solar y en posteriores procesos químicos que permiten obtener carbonato o hidróxido de litio.
Su demanda global creció de forma acelerada en la última década y convirtió al litio en uno de los ejes de expansión de la minería moderna y de la transición energética.
Qué es el litio y por qué se volvió estratégico
El litio es un elemento químico liviano, altamente reactivo y con una capacidad única para almacenar energía. Aunque se extrae desde hace décadas, su relevancia económica creció exponencialmente tras su incorporación masiva en baterías recargables.
“El litio tuvo durante mucho tiempo usos limitados, como en grasas industriales, pero cuando empezó a utilizarse en baterías explotó la demanda y se volvió un recurso estratégico”, explicó el doctor en Química Mario Rodríguez, en declaraciones radiales.
Hoy, además de alimentar dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos, el litio es clave para almacenar energía generada por fuentes renovables, como la solar y la eólica, lo que lo convierte en un insumo central de la transición energética global.
Dónde se encuentra el litio y cómo se lo identifica
El litio puede encontrarse en dos grandes tipos de yacimientos: salares y rocas. En el primer caso, aparece disuelto en salmueras subterráneas; en el segundo, está alojado en minerales de rocas pegmatíticas, generalmente de gran antigüedad.
“En el caso de la roca, se sigue la traza de la sierra o de los afloramientos donde aparece el mineral y se cuantifica el litio presente”, señaló Rodríguez. Este método es habitual en países como Australia y en algunas regiones de Argentina.
En cambio, en los salares —como los del norte argentino— el litio se detecta mediante estudios geológicos e hidroquímicos que analizan la composición de las salmueras acumuladas bajo la superficie.
Cómo se extrae el litio de los salares
El método más difundido en Argentina es el evaporítico. El proceso comienza con la extracción de salmuera desde acuíferos profundos mediante pozos. Ese líquido contiene litio junto con otras sales, como sodio, potasio, magnesio y calcio.
Luego, la salmuera se traslada a grandes piscinas donde se concentra por evaporación natural. “Se construyen piletones donde el agua se va evaporando gracias al sol hasta alcanzar una concentración que permite iniciar la separación química del litio”, explicó el especialista.
Este proceso no es inmediato. La primera etapa de evaporación puede demandar entre seis y nueve meses. A lo largo del recorrido, precipitan otras sales que deben separarse antes de continuar concentrando el litio.
De la salmuera al carbonato de litio
Una vez alcanzada la concentración adecuada, la salmuera pasa por tratamientos químicos que permiten precipitar el carbonato de litio. “Desde que comienza la operación hasta que se obtiene el producto final, el proceso completo puede llevar entre 18 y 24 meses”, detalló Rodríguez.
Durante ese tiempo, se realizan sucesivas etapas de limpieza, trasvase entre piscinas y adición de reactivos químicos. El objetivo es eliminar impurezas y obtener un compuesto con la calidad requerida para usos industriales.
Además del litio, estos sistemas generan subproductos que pueden aprovecharse. En algunos salares, por ejemplo, se recuperan compuestos de boro para fertilizantes o sulfato de calcio para la industria de la construcción.
Litio de salares versus litio de roca
El litio alojado en rocas sigue un proceso distinto. Requiere trituración, disolución y tratamientos a altas temperaturas —en torno a los 100 °C— dentro de plantas industriales. Esto lo hace más rápido, pero también más costoso desde el punto de vista energético.
“Es un proceso más caro porque demanda energía y una infraestructura industrial distinta”, señaló Rodríguez, quien recordó que en Argentina existen reservas de litio en rocas en provincias como Catamarca, San Luis y Córdoba.
Un recurso con impacto productivo y territorial
El crecimiento del litio abre nuevas oportunidades para la minería argentina, pero también plantea desafíos en términos ambientales, hídricos y regulatorios. “La minería es una oportunidad siempre que se haga con responsabilidad y controles adecuados”, sostuvo el especialista.
En ese marco, la expansión de la exploración y la producción de litio no solo responde a la demanda global, sino también a la posibilidad de integrar a nuevas provincias en el mapa minero y de diversificar la matriz productiva.
Así, el litio se consolida como uno de los minerales más representativos del nuevo ciclo minero: un recurso donde la geología, la química, la energía y la economía convergen en un mismo proceso productivo.
