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En Argentina, las empresas de litio interactúan y se vinculan con las comunidades locales antes de iniciar sus procesos de exploración y producción, asegurando su aval para avanzar con los proyectos.
Jujuy es una de las provincias con mayor reserva de litio y ha implementado reglamentaciones, sumadas a las nacionales, que promueven el trabajo sostenible y consciente de las empresas en coordinación con las comunidades, reconociendo 275 comunidades aborígenes con personería jurídica.
Empresas como Livent, EXAR y Allkem desarrollan diversos proyectos de infraestructura, capacitaciones y actividades en las comunidades para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y promover un desarrollo sostenible en la industria del litio.
Nada se produce en soledad. Todo lo que hay en el mundo fue hecho y cuenta con la unión de varios participantes. Empresas y organizaciones. Personas y Tecnología. En mayor o menor medida, estos elementos se complementan y logran el tan ansiado objetivo final.
El litio no es un caso excepcional y responde también a esta regla. ¿Por qué? Argentina es uno de los países referentes en la materia. Jujuy, Salta y Catamarca concentran 1/7 de las reservas mundiales de litio y eso las coloca en el podio de las oportunidades que más interés despierta en el mundo por sus enormes perspectivas a futuro.
La cuestión es que, para trabajar estas reservas, es necesario la participación de tres protagonistas: las empresas, el estado y las comunidades. Estas últimas son un factor fundamental en el proceso.
Qué pasa en Jujuy
Jujuy es una de las tres provincias de Argentina que tiene mayor reservas de litio. La producción en los salares de la Puna comenzó a finales de la década de 1990, y desde entonces ha experimentado un gran desarrollo.
Con vasta experiencia en el tema, la provincia aplica reglamentaciones y leyes que promueven no solo el trabajo sostenible y consciente de las empresas y la consulta previa, libre e informada a las comunidades aborígenes de la zona de influencia directa.
En tierras jujeñas, la Ley General del Ambiente indica que los ‘Informes de Impacto Ambiental’ de proyectos mineros se someterán a consulta de las comunidades indígenas y superficiarios individuales del área de influencia directa. Esto, a través de distintas instancias de información, participación y consulta, que se completan y perfeccionan con la reunión de la Unidad de Gestión Ambiental Minera Provincial (UGAMP) coordinada por la Dirección Provincial de Minería (DPM).
La ley 5063 de la provincia de Jujuy prevé que se identifique cuál es la comunidad alcanzada por el proyecto que quiera analizarse. Este proceso lo inicia el juzgado de Minas, que solicita informes al Ministerio de Derechos Humanos y Pueblos Aborígenes, a partir de los cuales se identifica a las comunidades que se encuentran dentro de la zona a explorar.
El área de influencia directa se extiende desde el punto o área de ubicación de los factores del proyecto, o punto de origen, hasta el extremo geográfico donde ya no es posible detectar la alteración. Es decir, en el límite del área de influencia, donde la condición ambiental se iguala a la situación sin proyecto y, por lo tanto, ya no es posible percibir el impacto.
A diferencia de otras provincias, Jujuy tiene un registro de pueblos originarios que lleva más de 30 años y reconoce 275 comunidades aborígenes con personería jurídica. La comunidad alcanzada es informada sobre el proyecto con la presentación de un estudio de impacto ambiental. De ningún modo el proceso de exploración puede iniciarse sin que la comunidad aborigen esté informada.
¿Cómo se empieza a dialogar con las comunidades?
Existen pasos bien marcados que deben seguirse para continuar con el proyecto:
- Presentación de la Dirección Provincial de Minería (DPM) y la definición de área de influencia.
- La empresa interesada presenta un estudio de impacto ambiental y propone un plan de exploración a la comunidad aborigen de influencia directa, que lo analiza y debate en una asamblea convocada por su comunero.
- Por ley, la empresa debe acreditar ante la DPM:
- Realizar por lo menos 1 reunión informativa participativa con las comunidades indígenas del área de influencia directa del proyecto.
- Entregar una copia impresa del Informe de Impacto Ambiental (IIA) a los superficiarios comunitarios, salvo si hubieren sido notificados por vía digital conforme a lo dispuesto en el Art. 46.
- Informar a las comunidades respecto a su derecho de solicitar asesoría técnica ante la DPM.
Además, la empresa deberá informar a las autoridades municipales del área de influencia directa del proyecto, el alcance de los trabajos planificados:
- Durante la fase de exploración, se contratan personas de la comunidad para acompañar y guiar por el camino a miembros de la empresa interesada, que realizarán estudios en la zona para detectar la presencia de salmuera.
- Se procede a la evaluación de la Unidad Ambiental de Gestión Minera Provincial (UGAMP), en la que participan diferentes entes gubernamentales que velan sobre las cuestiones técnicas, medioambientales y sociales, como así también participa la Secretaría de Pueblos Indígenas de la Provincia de Jujuy y nuevamente el representante de la comunidad local.
- Luego de la reunión de UGAMP, y tras la aprobación del IIA, el titular y los superficiarios deberán mantener mecanismos que procuren el diálogo abierto y continuo.
Qué pasa después
Esto es el comienzo de un proceso de desarrollo que las comunidades empiezan a experimentar. Los habitantes, en algunos casos, no solo participan del proceso como mano de obra, sino que también se benefician de la mejora de la infraestructura y los servicios de su pueblo.
Los colegios son remodelados, hay una nueva conexión de internet, otras actividades productivas se fortalecen y el turismo empieza a reflotar. En cada zona, cada empresa fortalece a las comunidades con múltiples y diversas actividades o iniciativas en el marco de sus programas de responsabilidad social.
Por ejemplo, la Minera EXAR, en abril de 2023, realizó una capacitación técnica junto a productores ganaderos de las diferentes comunidades del área de influencia directa de la empresa sobre diferentes alternativas de producción agropecuaria que se pueden hacer bajo las condiciones ambientales de la Puna. Asistieron 32 productores de las comunidades de Pastos Chicos, Juancar, Susques, Olaroz Chico y El Toro.
Antes, la empresa realizó en 2022 la “Feria de Atacama” cuyo objetivo fue mostrar los resultados del programa ¨Escuela Atacama¨ exponiendo todos los productos y servicios que tienen los pueblos locales para ofrecer. Ya en 2021 había invertido exactamente $1.275.137,8 en diversas iniciativas para las comunidades originarias.
Entre ellas se encontraba el caso del “Programa de apoyo a los vecinos del Salar” donde asistieron a 40 parajes colaborando con 15 familias con viajes al campo y especiales. Ejemplo: proveer agua semanalmente a cada paraje, material leñoso, traslado de familias y sus pertenencias y brindar asistencia e insumos para la realización de pequeñas obras.
Por su parte, la compañía australiana Allkem desarrolló diversos proyectos de infraestructura comunitaria. Se realizaron obras en una escuela primaria y secundaria para la comunidad cercana al proyecto Sal de Vida. También se proporcionaron sistemas de agua caliente solar en las viviendas de la zona y se implementó el servicio de internet inalámbrico que beneficia a las 11 familias.
A su vez, en Huáncar, una comunidad de 430 personas, contribuyeron a la construcción de un albergue turístico compuesto por 2 cabañas de tamaño familiar. Los ingresos procedentes del alquiler de estas cabañas se sumarán a los fondos de la comunidad y permitirán seguir invirtiendo en el mantenimiento de los sistemas de infraestructura y las actividades culturales y deportivas. La inversión financiera en este proyecto en el año fiscal 2022 fue de US$ 17.446.
Otra de las compañías que promueve múltiples iniciativas es Livent. A través de diversos programas, ha demostrado su compromiso para empoderar y potenciar a las comunidades que forman parte de su producción.
Una de sus actividades fue el Programa Emprendedores de la Puna. Esta propuesta, implementada en 2021, tiene como objetivo capacitar a emprendedores locales para que puedan gestionar sus propios negocios de manera exitosa.
Los participantes recibieron formación en diversas áreas, como la elaboración de planes de negocios y el aprovechamiento de nuevas oportunidades en el comercio, el turismo, la cultura y la minería. Al finalizar el programa, los emprendedores presentaron sus proyectos en un concurso, donde se eligieron tres ganadores en distintas categorías, quienes recibieron capital semilla y otros premios. Esta iniciativa no solo fortalece la economía local, sino que también fomenta la creación de empleo y el desarrollo de capacidades emprendedoras en la comunidad.
Además, Livent ha puesto en marcha el Programa de Desarrollo Sostenible Agroganadero, enfocado en promover el desarrollo sostenible en la Puna Catamarqueña. A través de este, la empresa brinda capacitación y asistencia técnica a productores, ganaderos y agricultores de la zona de Antofagasta de la Sierra. La meta es mejorar las prácticas agrícolas y ganaderas, impulsando la adopción de técnicas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Así es como las comunidades y las empresas inician un proceso de transformación que no solo beneficia a los implicados, sino a un país entero que se potencia con el desarrollo del metal preciado del siglo XXI.