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La expansión de la minería de litio en Argentina está generando una creciente demanda de insumos químicos como soda ash, ácido clorhídrico, cal y soda cáustica, fundamentales en las etapas de extracción y procesamiento. Estos productos representan casi la mitad de los costos operativos del sector.
Un informe técnico elaborado por la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP) y la consultora TAGING estima que, en los próximos años, el consumo de algunos reactivos podría superar ampliamente la capacidad productiva nacional, especialmente en escenarios de mayor producción. Esto plantea desafíos logísticos, productivos y de infraestructura, que requerirán coordinación entre los sectores minero y químico para sostener el crecimiento proyectado.
El crecimiento sostenido de la minería de litio en Argentina está generando un aumento considerable en la demanda de insumos químicos. Estos productos, fundamentales tanto en la etapa de extracción como en el procesamiento del litio, representan actualmente cerca del 48% de los costos de producción de carbonato de litio, de acuerdo con estimaciones de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM). Este porcentaje refleja el rol estratégico que ocupa la industria química en el desarrollo del sector.
Aceleración productiva y proyecciones
En 2023, Argentina produjo 45.940 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE), lo que marcó un incremento del 31% respecto al año anterior. En los primeros seis meses de 2024, ya se habían superado las 31.000 toneladas LCE, representando un aumento del 63% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta tendencia responde a la puesta en marcha de nuevos proyectos y ampliaciones de operaciones existentes.
Según el informe técnico realizado por CAEM, junto con la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP) y la consultora TAGING, se analizaron dos escenarios de producción para estimar la futura demanda de insumos químicos. El primero contempla únicamente los proyectos actualmente en construcción, que sumarían una capacidad instalada de 226.500 toneladas LCE. El segundo incluye también aquellos proyectos con puesta en marcha planificada, alcanzando una proyección de 465.800 toneladas LCE en los próximos años.
Reactivos críticos y capacidad instalada
Los datos del informe muestran que el insumo más demandado sería el carbonato de sodio (soda ash), utilizado en la reacción de carbonatación para obtener el producto final. En el escenario más avanzado, el consumo de soda ash alcanzaría las 932.000 toneladas anuales, mientras que la capacidad instalada actual en el país es de 250.000 toneladas, lo que implica una brecha significativa.
El ácido clorhídrico, utilizado junto con la soda cáustica para el tratamiento de efluentes, ajuste de pH e intercambio iónico, es otro insumo clave que muestra una proyección de crecimiento que presionaría la capacidad de producción local. En el segundo escenario, la demanda del producto alcanzaría el 80% de las 423.000 toneladas disponibles.
En cuanto a la cal, la provincia de San Juan concentra una capacidad instalada de aproximadamente 2,38 millones de toneladas. Aunque se parte de una base sólida, la demanda para minería de litio en un escenario de expansión podría utilizar hasta el 43% de esa capacidad. La soda cáustica, por su parte, cuenta con una oferta local que excede el consumo actual, aunque podrían requerirse adaptaciones para su uso en formato sólido (perlado), preferido por las operaciones de litio.
Por último, el dióxido de carbono, empleado en la purificación del compuesto final, no cuenta con datos oficiales sobre su capacidad instalada. No obstante, se indica que su abastecimiento debería contemplar instalaciones en regiones cercanas a los centros mineros, particularmente en el NOA.
Consideraciones logísticas y técnicas
El informe también advierte sobre los desafíos logísticos derivados del transporte de grandes volúmenes de insumos hacia zonas alejadas. Actualmente, la mayor parte de estos productos se fabrican fuera del NOA y son trasladados por camión hasta ciudades cercanas, desde donde se efectúa la distribución final. Este esquema logístico resulta funcional en la etapa actual, pero podría requerir modificaciones si se alcanza el segundo escenario proyectado.
Además de la localización geográfica, factores como la disponibilidad de energía eléctrica, gas natural y agua aparecen como condiciones necesarias para garantizar la viabilidad de futuras inversiones en infraestructura productiva en la región.
Tendencias que marcan el ritmo
El ritmo de expansión de la minería de litio en Argentina plantea nuevas exigencias para la industria química local. Las cifras de producción previstas, el consumo estimado de reactivos y las limitaciones de la infraestructura existente definen un escenario en el que la coordinación entre sectores será un elemento central.
La capacidad de respuesta frente a estas demandas, junto con la mejora en la logística y la calidad de los productos, será determinante para acompañar la evolución de uno de los sectores con mayor dinamismo de los últimos años.