Asentar las bases para luego trabajar sobre ellas. Romina López Steinmetz, geóloga jujeña formada en la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) y doctora en ciencias geológicas por la Universidad de Salta (UNSa), decidió realizar una investigación profunda sobre el desarrollo del litio, un recurso que crece cada día más en el país.
Con más de 10 años de experiencia como investigadora y docente, ejerció en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y en la UNJu, donde desarrolló la mayor parte de su actividad abocada al estudio de diferentes aspectos de la geología en la Puna jujeña, especializándose en los yacimientos de litio de tipo salmuera en los salares andinos.
Autora de numerosas publicaciones científicas en revistas internacionales, este año publicó “El libro del litio argentino 2024”, que intenta explicar la realidad del mineral y detalles cómo se desarrolla el recurso en Argentina.
En una conversación mano a mano con Litio Argentina, López Steinmetz cuenta en detalles qué la inspiró a realizar la investigación y da su opinión sobre los distintos puntos que abarca
¿Qué te inspiró a hacer la investigación?
Cuando nos interesamos en los recursos de litio de los salares argentinos, constatamos rápidamente que, a pesar de que el litio fue declarado recurso estratégico, falta una base de datos de acceso público que permita hacer una lectura general del estado de la situación.
Contar con un panorama amplio y actualizado parece a todas luces algo absolutamente necesario a la toma de decisiones estratégicas en políticas públicas, para las inversiones privadas y en el deber de información de la ciudadanía en su conjunto. De otro modo, ¿cómo decidimos qué rumbo tomar?, o ¿qué es lo que debemos fortalecer porque viene funcionando y qué debemos corregir porque falla? Por ejemplo, se discute el “sí” o el “no” a la minería del litio, el reformar, sí, no y ¿cómo?, el marco legal minero específico para el litio en salmuera, redefinir el marco fiscal aplicable a la actividad –las regalías, concretamente–, o revisar la normativa hídrica en minería del litio.
Entre otros ejemplos que se podrían mencionar también tenemos las deliberaciones colegiadas de las comunidades aborígenes en torno a los proyectos de litio, las cuales son una condición indispensable para el avance de los mismos, así como los argumentos a destacar para lograr la captación de capitales de inversión en una actividad tan arriesgada como lo es la minera.
En todos los casos cabe preguntarse sobre qué bases podrían asentarse las opiniones, propuestas y decisiones si carecemos de la información que permita visualizar el estado de la situación. Por eso es que parece tan sorprendente que hasta la fecha no se haya generado ese panorama general, ya sea como informe o como base de datos.
Si bien es la necesidad de acceso a la información y de visión estratégica evocada anteriormente que inspiró la publicación del libro, es importante a su vez comprender que escapa a las capacidades y responsabilidades de un solo y único individuo el generar una base de datos que refleje todos los amplios y complejos aspectos de la minería del litio en salmuera para el país. Desde ya que tal no es mi ambición con “El libro del litio argentino 2024”.
¿Y qué es lo que buscás con el libro?
Con el libro intento ofrecer una perspectiva aproximada a lo que podría ser el estado de situación de algunos aspectos del vasto universo del litio en salmuera en Argentina: reseñar los actores y proyectos mineros, recapitular su estado de avance e identificar los salares involucrados y las áreas concesionadas.
A partir de la información presentada se hace un diagnóstico de un cierto número de aspectos funcionales y disfuncionales del sistema, los cuales son objeto de análisis y discusión en el libro. Con la publicación de este libro espero que la información resulte accesible a todos, por eso escribí una versión en español y publiqué el libro en internet de manera gratuita, anhelando pueda ser de utilidad a quienes se interesen de cerca o de lejos en la cuestión del litio y de los salares andinos.
Luego de tu trabajo publicado, ¿cómo ves el desarrollo del litio en Argentina?
Respecto del desarrollo del litio en Argentina, tengo impresiones encontradas. Por un lado, existen avances notables en el desarrollo de ciertos proyectos concretados o en vías de serlo, así como, esfuerzos tangibles de ciertos sectores para lograr avanzar.
Por otra parte, tras releer el libro estos días para la preparación de la edición 2025, debo admitir que resulta frustrante arribar, al cabo de tantas páginas del libro, a la constatación de que entre el más de medio centenar de salares de los Andes argentinos y en un contexto tecnológico y económico tan propicio para el litio a nivel mundial, tras haber pasado medio siglo del descubrimiento del litio argentino, con tantísimos proyectos que vienen y van, solo haya tres minas activas de litio en salmueras, con la probabilidad de una adicional que entraría en producción comercial hacia fin de año.
Por supuesto que esta constatación interpela y lleva a reflexionar acerca de cuáles son los múltiples y complejos factores que nos condujeron a tal estado de situación. ¡Desde ya que en el libro no están todas las respuestas a nuestras preguntas! Pero sí talvez podamos hallar algunas pistas.
¿Cuáles creés que son los mitos o las creencias erróneas que tiene la gente con respecto al litio? (como por ejemplo el tema del agua)
El litio en los salares alimenta, en efecto, nuestro imaginario colectivo, en el que coexisten paradójicamente “lo positivo” y “lo negativo”. Por una parte, se pueden mencionar, a modo de ejemplos, algunas terminologías empleadas para referirse al litio sudamericano, tales como “el oro blanco”, “la Arabia Saudita del litio” o aún “El Dorado del litio”. Estas reflejan un imaginario positivo que radica en el potencial económico de los recursos de litio para la población de nuestro país.
En el otro extremo encontramos el imaginario negativo asociado al litio y que suele nutrirse del temor. Por ejemplo, en tu pregunta mencionas la cuestión del agua en la minería del litio. La inquietud respecto al acceso al agua no es un miedo irracional, sino una respuesta lógica y vital: porque es una realidad que los salares existen en regiones desérticas donde, por definición, el acceso al agua es limitado y, también, porque, lejos del mito, es concreto que en los salares el litio se viene obteniendo a partir de la evaporación de las salmueras del subsuelo.
Cuando nuestro entendimiento combina estas dos informaciones, nuestro imaginario no puede más que generar una serie de imágenes inquietantes. Además del agua, la falta de acceso a la información también suele promover el imaginario negativo. En general, la opacidad engendra suspicacias y el temor es natural frente a lo desconocido, disimulado o incomprendido. En este punto vuelvo a la importancia de contar con un sistema de información pública, inteligible y actualizada para la minería del litio. Nuestras decisiones colectivas podrán entonces fundarse en la información y no en creencias o, peor aún, en el temor.
En conjunto, “lo negativo” y “lo positivo” del imaginario del litio estarían reflejando a la vez el deber de preservación del lugar donde uno vive, así como la necesidad de subvenir al acceso al agua, a la alimentación, a la salud, a la educación, a las comunicaciones, etc. Es decir, la búsqueda de un “ideal” de desarrollo que corresponde al delicado equilibrio entre la generación de riqueza y el impacto ambiental. Es el modelo mismo del Desarrollo Sustentable.
¿De qué manera los proyectos pueden ser más sustentables?
El Desarrollo Sustentable es un modelo que se basa en el trípode ambiente–sociedad–economía. El modelo sustentable implica, por lo tanto, el desarrollo de los tres aspectos de manera equilibrada. El objetivo es que tengamos calidad de vida, lo cual implica cubrir las necesidades y gozar de un ambiente sano. Evidentemente, para un proyecto minero hay muchos aspectos y variables que determinan la sostenibilidad de este trípode ambiente–sociedad–economía. Entre ellos, solo voy a evocar algunos de los elementos que se deducen a partir de la información presentada en el libro, la cual se fundamenta en datos y resultados de trabajos técnico-científicos propios y de terceros.
Comencemos considerando que “la vida” de un yacimiento, o mina, de litio en salmuera aumenta cuando el salar es grande y de forma más bien circular. “La vida” del yacimiento implica la duración en años de la actividad económica de extracción de litio. Mientras más larga sea “la vida” del yacimiento, mejor será el aprovechamiento de los recursos naturales, lo cual resulta una práctica sustentable, es decir: ambiental, social y económicamente deseable.
Desde ya que sobre el tamaño y la forma del salar solo puede actuar la naturaleza. Pero, sobre lo que sí tenemos capacidad de acción es en lo relativo a las áreas dadas en concesión. Si seguimos la lógica antes mencionada, mientras más grande sea el área concesionada dentro del salar, mayor será “la vida” de la mina. Si observamos el estado catastral actual constatamos la subdivisión de los salares en numerosas concesiones, las cuales son adjudicadas a diversos peticionarios que poseen diversos proyectos. Por lo tanto, el sistema no se ajusta a lo que sería una política minera orientada a la sostenibilidad.
Además, es importante tener presente que, en la mayoría de los salares, la subdivisión en numerosas concesiones no tiene lógica desde lo geológico y minero: los cuerpos de salmuera en el subsuelo van más allá de los límites y escapan a las delimitaciones catastrales. El parcelamiento catastral de los salares tampoco tiene sentido en la práctica desde lo extractivo porque las salmueras que alimentan los pozos de bombeo en las minas de litio provienen desde todas partes del salar, inclusive desde las concesiones vecinas. En este caso, el sistema de concesiones no se ajusta a la naturaleza geológica del recurso, lo cual es entendible porque los depósitos en salmuera no se conocían cuando se estableció nuestro Código de Minería.
Finalmente, tampoco se entiende desde lo ambiental el otorgamiento de concesiones mineras cubriendo parte de las cuencas de ríos tributarios a los salares. Estos, y muchos otros, son aspectos perfectibles pero es importante tener en cuenta que la aplicación de las respuestas que surgen del libro muchas veces resultaría complicada desde lo legal y técnico debido a la naturaleza y magnitud de las reformas que se tendrían que efectuar al sistema en curso.
Tras haber investigado mucho sobre el tema y los salares: ¿Cuál es tu opinión sobre Salinas Grandes? ¿Por qué sería beneficioso contar con proyectos de litio allí?
Mi opinión sobre Salinas Grandes es que se trata de un salar excepcional desde todo punto de vista. Desde lo geográfico, es un salar muy bien ubicado, dispone de caminos y la ruta nacional 52 del paso de Jama, cuenta con un gasoducto, red eléctrica y diversos poblados. Desde lo geológico y minero, es un salar grande, tiene una química de salmueras propicia a la extracción de litio, con concentraciones de litio muy interesantes a la vez de tener valores de magnesio relativamente bajos, además de contar con ríos tributarios que viabilizarían la instalación de campamentos mineros y de plantas de tratamiento de minerales.
Respecto del beneficio de desarrollar la minería del litio en Salinas Grandes, volvemos a la cuestión del equilibrio entre ambiente–sociedad–economía. Por mi parte, tengo impresiones encontradas. De un lado está la nostalgia de los salares prístinos, como cuando los conocí. Pero, como todos los argentinos, constato que para dar respuesta a las necesidades sociales hace falta trabajo concreto. La decisión que debemos tomar es si aprovecharemos o no los recursos de litio de los salares para subvenir, al menos en parte, a las necesidades económicas del pueblo argentino. También nos compete actuar en la búsqueda de respuestas a los problemas ambientales que derivan del aprovechamiento de los recursos naturales.
¿De qué manera el desarrollo del litio beneficia a las comunidades?
Es difícil dar una respuesta satisfactoria a esta pregunta, porque la cuestión es compleja y, además, porque un sociólogo tendría elementos muchos más pertinentes que un geólogo para el análisis de los aspectos sociales y comunales.
Durante mi experiencia recorriendo la Puna argentina, lo que vi es que los pueblos originarios viven de lo que la Puna les ofrece. La minería del litio no debe obstaculizar eso, sino que debe ser un valor agregado para la región. Si la minería del litio se desarrollase a su máximo potencial, cambiaría la estructura socio-económica de la Puna.
En tal caso, los habitantes locales tendrían que obtener beneficios concretos y, esto, a un plazo verdaderamente largo porque en un momento la explotación del litio terminará. Por eso, la minería del litio tendría que permitir que quienes no viven de ella puedan seguir desarrollando su actividad. De otro modo, cuando el litio termine, corremos el riesgo de ver anuladas décadas de políticas para la población de la región. Tal vez uno de los desafíos de la minería en general, y la del litio en particular, sea que esta logre fortalecer el poblamiento de la Puna, mantener arraigadas socio-culturalmente a las nuevas generaciones y ofrecer un entorno socio-económico favorable a largo plazo y más allá de la minería. Quizás sería esta la mejor evidencia de que el modelo de desarrollo es indiscutiblemente sustentable.