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¿Cómo se estudia el agua en los salares? Claves para una gestión hídrica sostenible

La minería del litio en la Puna depende de un recurso tan frágil como escaso: el agua. Para entender cómo se comporta en los salares y qué medidas permiten un uso responsable, el hidrogeólogo de la Universidad de Jujuy Marcelo Dargám, compartió las claves de un estudio integral del recurso hídrico.

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En los salares de la Puna, el agua es un recurso fundamental. El geólogo e hidrogeólogo Marcelo Dargám explica que su disponibilidad se evalúa con herramientas como balances hídricos, modelos hidrogeológicos, estudios geofísicos, perforaciones y análisis químicos e isotópicos, además de monitoreos satelitales. Estas metodologías permiten proyectar la recarga y el impacto de la extracción sobre ecosistemas altoandinos.

Las salmueras con litio son recursos no renovables y su manejo requiere especial cuidado para evitar efectos como cambios en los flujos subterráneos o impactos en aguas dulces. Las cuencas de la Puna, áridas y frágiles, enfrentan además el desafío del cambio climático y la necesidad de equilibrar la demanda de agua entre minería, comunidades y otras actividades productivas.

Para Dargám, la transparencia y el acceso a la información son clave. Plantea que los modelos, registros de extracción y monitoreos deben ser públicos, y que la gestión hídrica debe basarse en un enfoque científico integrado con participación de todos los actores para que la minería conviva con la sustentabilidad y el desarrollo de las comunidades.

En los salares de la Puna argentina, el agua es un recurso tan valioso como el litio que se extrae. Conocer su disponibilidad, comprender la relación entre extracción y recarga, y evaluar los impactos ambientales asociados es clave para asegurar que la minería del litio sea compatible con la sustentabilidad.

El geólogo e hidrogeólogo de la Universidad Nacional de Jujuy, Marcelo Dargám, en diálogo exclusivo con Litio Argentina, explicó cómo se estudia este recurso y cuáles son los desafíos para una gestión responsable.

Herramientas científicas para medir la disponibilidad

Según Dargám, el punto de partida es realizar un balance hídrico integral, que permita estimar las entradas y compararlas con las salidas. Esto significa, básicamente, medir cuánta agua entra y cuánta sale del salar. Se consideran la lluvia, el agua que llega desde otros lugares, el agua subterránea que se recarga, y se compara con la que se evapora, se extrae para la minería o fluye hacia otros cursos de agua. Así se puede calcular si la extracción de litio se hace sin agotar el recurso hídrico. “En los salares esta metodología se ajusta a las condiciones endorreicas, propias de estas cuencas cerradas”, agregó el experto.

Otra herramienta clave son los modelos hidrogeológicos numéricos, como MODFLOW, FEFLOW o HEC-HMS. Son como mapas de agua virtuales que permiten ver cómo circula el agua bajo el suelo y en la superficie. Ayudan a prever qué pasará si se extrae cierta cantidad de salmuera para litio, de manera de no afectar ecosistemas ni agotar el agua.

“Estos modelos permiten simular el flujo subterráneo y superficial, analizar la interacción con solutos y proyectar escenarios de extracción a largo plazo”, sostuvo el hidrogeólogo. Al combinarlos, también es posible “evaluar la dinámica de las salmueras y estimar su disponibilidad sostenible”.

Por su parte, la geofísica de superficie aplicada ofrece información valiosa sobre la geometría de las cuencas, las zonas saturadas, la salinidad y la profundidad del basamento hidrogeológico. “Usamos técnicas como TEM, SEV, magnetotelúrica o gravimetría, que nos ayudan a caracterizar los distintos niveles acuíferos”, detalló. Se trata de métodos para ver” cómo está formada la tierra debajo del salar, qué capas de agua hay, cuán saladas son y cuán profundas. Esto ayuda a planificar la extracción de litio sin dañar los acuíferos.

Esto se complementa con sondeos mecánicos, perforaciones exploratorias y ensayos hidráulicos que permiten medir caudales, niveles dinámicos, conductividad hidráulica, porosidad, permeabilidad y rendimiento específico. 

La caracterización química e isotópica es otro paso esencial. “Los isótopos distinguen orígenes del agua, tiempo de residencia, procesos de mezcla y evaporación”, indicó. Esto quiere decir que se estudian las “huellas químicas” del agua, para saber de dónde viene, cuánto tiempo ha estado en el salar y cómo se mezcla con otras aguas. Esa información es clave para entender cómo cuidar el recurso al extraer litio.

Finalmente, la teledetección y los Sistemas de Información Geográfica (SIG) permiten un monitoreo continuo mediante imágenes satelitales, evaluando variaciones en la superficie del salar, vegetación, cuerpos de agua y evapotranspiración.

Salmueras y aguas dulces: diferencias e impactos

Dargám explica que “las salmueras subterráneas con litio son recursos no renovables, mientras que las aguas dulces tienen una recarga limitada, especialmente en zonas áridas como la Puna”. Esto significa que el agua que contiene litio no se repone naturalmente, mientras que el agua dulce sí puede recargarse, pero muy despacio en zonas secas. Por eso, es importante cuidar ambos tipos de agua para que haya suficiente para minería, consumo humano y agricultura.

Ambas están vinculadas a ecosistemas sensibles, ya que las salmueras suelen formar parte de humedales altoandinos conectados con vertientes, vegas y lagunas. Por ello, es fundamental gestionar la extracción de manera cuidadosa para minimizar impactos en el balance hidrogeológico y mantener la disponibilidad de agua para distintos usos.

Si bien la actividad puede generar cambios en los gradientes hidráulicos o en los flujos hacia zonas ecológicamente sensibles, con monitoreos adecuados y protocolos de manejo, estos efectos se pueden controlar. Asimismo, la reinyección de salmuera agotada debe planificarse cuidadosamente para proteger los acuíferos interconectados.

Los principales desafíos para una gestión sostenible

Entre los retos, Dargám menciona la necesidad de información hidrogeológica integral. “Es fundamental que el Estado, junto con instituciones académicas y la industria, avance en investigaciones que reduzcan la dispersión de datos y permitan decisiones más informadas”, señaló.

Otros desafíos incluyen la instalación de redes de monitoreo continuas, la coordinación institucional y la planificación frente al cambio climático, que podría modificar patrones de precipitación y temperatura en la región.

Por último, la definición de límites para una extracción sostenible requiere estudios hidrogeológicos completos y líneas de base ambiental claras. Dargám también destacó que la participación de las comunidades y el acceso transparente a la información fortalecen la confianza y la efectividad de la gestión hídrica.

Información clave que debería ser de acceso público

“La información hidrogeológica debe ser pública, incluyendo modelos y balances hídricos, registros de extracción por empresa y salar, monitoreos en zonas sensibles, datos meteorológicos e hidrológicos, estudios de impacto ambiental aprobados y planes de manejo adaptativo”, afirmó Dargám.

En su visión, la gestión hídrica en los salares requiere un enfoque científico integrado, transparencia y participación de todos los actores. Solo así será posible avanzar hacia una minería de litio que conviva con la sustentabilidad de los ecosistemas y el desarrollo de las comunidades.

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Escrito por Redacción LitioArgentina